El Supremo condena en firme a un sargento por violar reiteradamente a una guardia civil durante más de cuatro años

Los hechos que fueron denunciados a finales de 2015, hoy ya tienen condena firme, han tenido que pasar más de ocho años para que se haga justicia. La Sala Militar del Tribunal Supremo ha desestimado el recurso de casación del agresor, un sargento de la Guardia Civil que por entonces se encontraba destinado en Molina de Segura, provincia de Murcia. Por ello, tenemos que poner de manifiesto que nuestra compañera sufrió un infierno durante años y la Guardia Civil le dio la espalda en todas y cada una de las ocasiones en las que intentó denunciar los hechos de forma interna. Hechos muy graves que nadie quiso ver, ni creer. Testigos que no vieron, que no escucharon, ni recordaron, y a quienes sí lo hicieron y denunciaron no se les creyó, así funcionó en su día el protocolo contra el acoso de la Guardia Civil. A día de hoy la situación no ha mejorado, ya que hace ocho años a la víctima no se le permitía acudir acompañada a la entrevista o la denuncia interna, y ahora tampoco le es permitido ir con un abogado o persona de su confianza. La Guardia Civil solo permite que sea acompañada por personal del Cuerpo. Tuvo que ser AUGC quien diera la cara ante tal atrocidad. Parece mentira que una Institución que defiende los derechos y libertades de la ciudadanía deje en situación de desamparo a las mujeres que sufren acoso sexual dentro de la Guardia Civil. Ahora que la sentencia ya es firme, el Sargento que agredió, abusó y violó a su subordinada entrará en prisión con 19 años de condena. Hasta ahora ha estado trabajando libremente y haciendo vida normal mientras la víctima esperaba a poder hacerla. Existe la necesidad y la urgencia de tener un protocolo de acoso sexual en la Guardia Civil que sea garantista con las víctimas y que las proteja con medidas cautelares y organizativas, con tiempos de investigación y resolución más cortos. Un protocolo como el que llevamos demandando durante años y que ya existe para las víctimas de la Administración General del Estado. Desde AUGC mostramos nuestra satisfacción con la firmeza de la condena. La justicia ha sido lenta, pero por fin ha llegado. Deseamos que el caso de Carolina marque un antes y un después en la Guardia Civil, para que estos atroces comportamientos se erradiquen o se atajen de manera efectiva y rápida si se producen.

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