La Asociación Unificada de Guardias Civiles lleva muchos años denunciando la preocupante falta de guardias civiles en la provincia de Córdoba, pero la situación es aún más grave en los Puestos de Seguridad Ciudadana repartidos por todos los municipios, porque el 18% del personal no se encuentra disponible en sus puestos, la mayor parte porque están integrados en otras unidades y en los distintos equipos especializados, a los que suman las bajas médicas de larga duración, pero en un porcentaje mucho menor. La situación es generalizada, porque el 68% de los Puestos de la provincia tiene personal comisionado o integrado en otras unidades y equipos, pero se hace insostenible ya en algunas unidades como la de Fernán Núñez, donde solo está disponible el 22% de la plantilla, al tener hasta cuatro efectivos fuera del Puesto, motivo por el que apenas puede sacar patrullas a la calle y necesita que con demasiada frecuencia sean las patrullas de otras poblaciones las que atiendan las incidencias que se producen en esa localidad. Por ello, AUGC ha dirigido un escrito al coronel jefe provincial mostrándole su preocupación y pidiéndole que intervenga. Y otros Puestos se encuentran en situaciones similares, como ocurre con los de Almodóvar del Río, Montoro y Villa del Río, que cuentan con menos de la mitad de la plantilla, en Adamuz faltan la mitad de los efectivos, y en Hornachuelos, Cabra y Moriles el 40%, mientras que en Posadas, Santaella y Benamejí está ausente un tercio del personal. Esos datos se unen a que la Guardia Civil tiene en la provincia de Córdoba unas 150 vacantes sin cubrir y ha perdido un cinco por ciento de efectivos en los dos últimos años, contando con la plantilla más reducida de Andalucía, a pesar de lo cual sigue siendo la que menos refuerzos recibe en las sucesivas convocatorias de vacantes. AUGC considera muy útiles y necesarios los equipos especializados (robos en el campo, violencia de género, ciberdelincuencia, seguridad aeronáutica y otros), pero deben crearse como unidades provistas de guardias civiles destinados, de modo que no puedan ser removidos arbitrariamente por la cadena de mando, como ocurre ahora, y para que no se detraiga personal de los puestos de seguridad ciudadana, agravando su ya de por sí deficitaria situación. Actualmente, esos equipos están obteniendo resultados gracias al esfuerzo de quienes los componen, a pesar de que en muchos casos se tienen que formar por sus propios medios. Lo cierto es que la situación de los Puestos de Seguridad Ciudadana en esta provincia es muy preocupante, y se vuelve caótica en periodos vacacionales, como el pasado verano y como ocurrirá el mes próximo. No es de extrañar que los guardias civiles destinados en esas unidades estén saturados, desbordados y hartos de no poder hacer bien su trabajo. Por ello, es necesario que se afronten las responsabilidades en todos los niveles: el Gobierno y el Ministerio del Interior deben cubrir las vacantes e incrementar el catálogo en esta provincia, la dirección general de la Guardia Civil tiene que crear las unidades necesarias y reorganizar el despliegue territorial, la jefatura provincial debe organizar las comisiones de servicio y la integración en equipos de modo que afecten lo menos posible a la operatividad de los Puestos, y los Ayuntamientos reclamar enérgicamente soluciones efectivas al déficit de guardias civiles, que afecta a la seguridad de sus municipios. Es imperativo incrementar considerablemente la plantilla provincial, pero no basta solo con eso, porque es necesario e inevitable comarcalizar los Puestos y agrupar los efectivos, así como reincorporar al personal en situación de reserva. Todas esas medidas permitirían reducir el personal dedicado a funciones administrativas y aumentar el número de patrullas disponibles en las calles de todos los municipios.
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