Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) queremos expresar nuestra más profunda indignación ante la grave actuación del Estado Mayor de la Guardia Civil respecto al pago por la renuncia a las vacaciones en periodo estival. Tras dictar unas directrices claras al inicio del verano, donde se especificaba que quienes renunciasen a sus vacaciones para garantizar el servicio en un periodo crítico serían compensados económicamente, ahora, una vez finalizado el verano, cambian las reglas del juego de forma arbitraria y discriminatoria. Nos encontramos con que, al proceder al pago de estas compensaciones, se excluye a quienes, cumpliendo los criterios fijados, fueron nombrados en DSJ (Descansos Superados de Jornada) y DND (Días No Disfrutados). Esta decisión no solo supone un incumplimiento de los compromisos adquiridos, sino que constituye un ataque directo a los derechos de los guardias civiles que, de buena fe, aceptaron sacrificar su descanso personal en beneficio del servicio público. La Guardia Civil tiene dinero para pagar instrumentos para la banda de música, para los desfiles, para peregrinaciones, pero no tiene dinero para pagar el sacrificio de los guardias civiles que han renunciado a sus vacaciones para trabajar en verano. Este doble rasero evidencia el desprecio con el que se trata a los hombres y mujeres que forman parte de la Guardia Civil, negándoles lo que legítimamente les corresponde y perpetuando una política de desmotivación y falta de reconocimiento. Desde AUGC ya hemos presentado un escrito formal para exigir explicaciones y que se rectifique de inmediato esta decisión injusta. No permitiremos que se juegue con la buena voluntad de nuestros compañeros ni que se vulneren sus derechos laborales de forma tan flagrante. Exigimos al Estado Mayor que asuma su responsabilidad, que cumpla con los compromisos adquiridos y que respete las directrices que ellos mismos dictaron. De lo contrario, AUGC tomará las medidas necesarias para garantizar que los derechos de los guardias civiles sean respetados. La Guardia Civil tiene que dejar de actuar como si sus normas internas estuvieran por encima de la legalidad y comenzar a tratar a sus agentes con el respeto y la dignidad que merecen.
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