Entrevista a Alejandro Álvarez Borja, la voz que la Operación Columna no pudo apagar.

La Operación Columna fue el golpe más duro que el poder dio contra la incipiente lucha por los derechos de los guardias civiles. Un operativo policial y judicial que, bajo la apariencia de disciplina interna, buscó acallar a quienes, en silencio y en la sombra, reclamaban dignidad profesional. Entre los nombres que quedaron marcados por aquella operación está el de Alejandro Álvarez Borja. El 19 de junio de 1990, apenas unas horas después de que el sargento José Morata recuperara la libertad, Borja entraba en prisión militar. No había empuñado un arma contra nadie; su «delito» fue formar parte del Sindicato Unificado de Guardias Civiles (SUGC), una organización entonces clandestina que defendía algo tan básico como el derecho de asociación y unas condiciones de trabajo justas. La Operación Columna no solo les detuvo: intentó borrar su ejemplo. Vinieron los expedientes, las expulsiones y el señalamiento público. Pero ni las rejas ni los papeles oficiales pudieron borrar la convicción de Borja. Años después, participó en la fundación de AUGC, que recogió el testigo del SUGC y lo llevó hasta el reconocimiento legal. La Operación Columna intentó ser un punto final. Borja y sus compañeros la convirtieron en un punto de partida. ¿Que recuerda de la madrugada que La Operación Columna llamo a su puerta? Fue la madrugada del 19 de Junio 1990 a las 5,45 cuando estaba en el relevo del servicio en el Centro Penitenciario de Castellón, entraron 4 Compañeros del Servicio de Información se dirigieron a mí me dieron una Orden Judicial dimanante del Juzgado Militar nº 17 de Valencia y en la que constaba mi nombre, (en esos momentos todos los compañeros del relevo se miraban unos a otros con cara de preocupación), me leyeron mis derechos como detenido y me trasladaron a la Comandancia de Castellón, dando orden expresa al Suboficial Jefe de la Guardia que hasta nuevo aviso se prohibía al personal de servicio hacer uso del teléfono de dichas dependencias. Cuando llegamos a la comandancia sobre las 6,30 horas en vez de pasar con el vehículo por la puerta principal de acceso a dicha comandancia, se hizo a través de la puerta de los sótanos que solo se utilizaba para la salida de los vehículos, nunca para entrada. Una vez en las dependencias que tenía el SIGC en esos sótanos, solicite hacer una llamada a mi mujer para comunicarle mi situación y al ser denegada entablamos una conversación subida de tono entre uno de los componentes del SIGC y yo terminando esposándome. A continuación, me trasladaron al Acuartelamiento de la Zona Valencia, quedando detenido en dicho Acuartelamiento a cargo del SIGC de Valencia, A las 9 me trasladaron al Juzgado donde en presencia de Un Coronel, Juez Togado Militar un Capitán Fiscal Militar, el grupo del SIGC y yo, empezó el interrogatorio (véase que a esa hora no tenía Abogado por no poder hacer la llamada de precepto). Cuando el Juez me pregunto si necesitaba algo, le explique cómo se me había detenido y que se había vulnerado mi derecho como detenido al negárseme hacer la llamada de rigor, se dirigió a los Compañeros preguntándoles y manifestaron que yo decía la verdad pero que ellos tenían orden expresa de proceder como lo hicieron, los hizo salir del despacho y desde su teléfono hice la llamada a mi mujer que aunque ya teníamos un protocolo preparado par a tal fin por que ya había sido detenido y encarcelado el Sto. Morata (Casualidades que a mí me detienen a las 5,45 de la mañana y a Morata lo ponen en libertad ese mismo día a las doce aproximadamente) se llevó un gran disgusto pero hizo las llamadas pertinentes y se movilizo prensa escrita radio y tv, El Juez me pregunto si sabía el motivo de mi detención y le conteste que no, ese día no hubo más preguntas por no estar mi abogado presente dando orden de traslado en calidad de detenido al pabellón de arrestados de la zona. El siguiente día otra vez traslado al Juzgado Militar y con Abogado y Fiscal fue un interrogatorio de aproximadamente de una hora y media, destacar que vimos videos y escuchamos cintas de conversaciones telefónicas del teléfono pinchado de mi domicilio, donde se grabó a mi mujer y a mis hijos entre otras personas, preguntándome su Señoría si me reconocía la voz tanto en las cintas grabadas del teléfono como en una rueda de prensa en TV. Cuando termino el interrogatorio me comunico mi ingreso en Prisión Militar de Cartagena y me advirtió que abajo en la calle estaba lleno de prensa y tv; que de mi dependía estar más o menos tiempo en prisión según el tipo de declaraciones que hiciese. Años más tarde hemos coincidido en varios almuerzos y por supuesto hemos hablado y dialogado sobre el tema de las detenciones de los Guardias Civiles del SUGC, dándome a entender que la Guardia Civil quería que ellos hiciesen el trabajo sucio contra los encausados de la Operación Columna. ¿Como se vive que te detenga la misma institución a la que juraste servir? Aunque esperado por las circunstancias que estamos hablando, es un golpe frio, la misma institución a la que das tú lealtad, a la que das parte importante de tú vida, te persigue, te vigila y te detiene, ese día entendí que servir no siempre significa ser protegido. ¿Que te dijeron en aquel momento que justificara tú detención? Me dijeron que era detenido por orden del Juez Togado Militar nº 17 por estar incurso en el sumario 17/06/90, acusándome de los delitos de Deslealtad, Apología de la Sedición y Sedición por mi presunta pertenencia al Sindicato Unificado de la Guardia Civil. ¿Qué imagen guarda de la prisión Militar y de sus primeros días allí? La Prisión es un edificio con rejas, simplemente eso, donde personas con un poder ficticio te quitan tú libertad, Ingrese en el modulo de Suboficiales y por la tarde noche vino un oficial a darme instrucciones para decirme que el día siguiente pasaría visita el Coronel Jefe del centro Penitenciario ordenándome que vistiera de uniforme reglamentario, ahí empezó el roce, le dije que yo no vestiría de uniforme porque en esos momentos me encontraba secuestrado por los Militares, que yo era Guardia Civil y no Militar, se fue inmediatamente advirtiéndome que iba a dar parte de mí actitud, contestándole que hiciese lo que creyese conveniente, pero que le quedase claro que iba a salir toda nuestra conversación en prensa al día siguiente si continuaba con esa actitud, al siguiente día la visita del Coronel fue una balsa de aceite, por supuesto el Guardia Borja vistió de paisano durante toda mi estancia en Prisión Militar. ¿Como se comunicaban y apoyaban entre ustedes y los compañeros del SUGC? No teníamos ni existían los medios electrónicos de comunicación ni redes sociales como hoy en día, pero sabiendo que teníamos los teléfonos fijos de nuestro domicilio particular y de algún que otro familiar así como algún que otro local público que frecuentábamos intervenidos (Pinchados), buscábamos quedar a una hora determinada en dicha conversación y sumar o quitar media hora más para tener tiempo de poder desplazarnos lejos de nuestro entorno y poder contactar sin relativo peligro, cuando dicha reunión se acordaba siempre mandábamos a un tercero conocido o familiar con un sobre cerrado con documentos o papeles comprometidos quedando fuera por los alrededores hasta que se le hacia un tipo de gesto acordado y entrenado previamente para que nos entregaran el o los sobres con documentación, cuando la documentación era para el comité de otra provincia utilizábamos Transportistas conocidos. Inventamos una especie de jeroglífico y cuando teníamos que hacer llamadas a los Puestos donde los Servicios Especiales creían tener algún sospechoso lo utilizábamos, eran signos, números y letras combinadas. ¿Mantenías algún tipo de contacto con algún Comité o Célula del SUGC? Desde Castellón mantenía contacto entre otros con los Comités o Células del SUGC de Toledo, Tarragona, Lérida, Barcelona y Granollers y Valencia. Y algún Mando de muy alta graduación en conversaciones mantenidas pasados muchos años de esto me decía «CUANDO ESTABAIS EN TAL SITIO YO OS ESTABA VIGILANDO» hoy en día cuando mantenemos alguna conversación me pregunta si lo he apuntado ya al SUGC. ¿Teníais conocimiento que os vigilaba el SIGC, o Servicios Especiales? A nivel Comandancia siempre se intentaban juntar alguno del SIGC cuando aparecíamos por el bar de la Comandancia y algún que otro Compañero chivatillo para promocionarse y poder entrar en dicha unidad. En cuanto a los Servicios Especiales ellos trabajaban desde fuera de la Comandancia tenían un piso y nos era más difícil controlarlos, pero teníamos la suficiente información sobre cuantos eran y en que circunstancias trabajaban, ellos nunca entendieron que nosotros éramos también Guardias Civiles y alguno de nosotros ha estado en unidades especiales conociendo técnicas de seguimiento y vigilancia. ¿Cómo guardabas los documentos u otras cosas que pudiese comprometerte en caso de hacerte un registro? Tuve la suerte de no tener ningún registro domiciliario, de todas las maneras tenia en la provincia de Castellón 3 pisos de personas conocidas nunca familiares y dos en Valencia, en mi casa nunca he tenido nada que pudiese comprometer mi seguridad ni de la de los demás Compañeros, Castellón era uno de los Comités más fuertes en aquella época, cuando me detuvieron el Juez se traslado a la Comandancia de Castellón para tomar declaración a unos 15 Compañeros no siendo detenido ninguno tras su declaración. ¿En que momento comprendió que la Operación Columna no iba solo contra unas personas, sino contra una idea? La comprensión de que la Operación Columna no era solo una persecución contra individuos, sino contra una idea transformadora dentro de la Guardia Civil, se fue consolidando a medida que los implicados observamos el alcance y la intensidad de la represión. La Operación Columna se convirtió en un símbolo de como el sistema (Llámese, Gobierno, Ministerio de Interior o Dirección General de la Guardia Civil), reaccionaba ante la posibilidad de que la Guardia Civil dejara de ser un Cuerpo jerárquico, cerrado y militar y comenzara abrirse a la participación democrática. ¿Que sintió al ver que algunos Compañeros cedían por miedo y otros decidían seguir adelante? El miedo es libre. Ceder no es ninguna traición, sino una rección humana ante amenazas reales como la expulsión, la prisión, No todos teníamos el mismo respaldo familiar, emocional o económico. Incluso los más decididos en alguna ocasión hemos tenido momentos de debilidad. En aquella época hubo otros movimientos dentro de las Fuerzas Armadas que buscaban cambios profundos, ¿Sintió que ustedes formaban parte de una corriente más amplia por la democratización interna? Muchos Guardias Civiles del SUGC veíamos en La UMD una referencia, pensábamos que si los Oficiales del Ejercito podían organizarse, nosotros también podíamos hacerlo. En Valencia mantuvimos en la época de los años 87 reuniones con algunos de ellos en iglesias y pisos, hoy en día todavía hay años luz en cuanto al tratamiento e interlocución de aquellos oficiales de la UMD a los oficiales de la Guardia Civil. ¿Como fue el proceso de expulsión y que significo para su vida personal? DESAFIAMOS UN PASADO PAR TENER UN FUTURO MEJOR. La expulsión de los miembros del SUGC fue un proceso profundamente de venganza dirigido por los altos Mandos de la época en la Dirección General de la Guardia Civil apoyándose y presionando a la Judicatura Militar para llevarla a cabo. En mi caso empezó todo al ser digamos «destapado» comenzaron los correctivos por faltas leves hasta terminar en faltas graves, de las que entonces cumplías en establecimiento militar un mes y un día, luego vino el sumario, la detención, prisión y el expediente gubernativo con la petición por parte del Instructor y ordenado por Luis Roldan «LA SEPARACION DEL SERVICIO», cuando se me comunico estaba caducado SIETE DIAS, como en esos momentos estaba de baja medica me pasaron tres tribunales medico militares en el Hospital Militar de Valencia en la rama de psiquiatría y al final por enfermedad a la calle. ¿Qué lecciones crees que dejo la Operación Columna para AUGC y para La Guardia Civil? La Operación Columna dejo cicatrices profundas, pero también enseñanzas valiosas que han influido tanto en la ASOCIACION UNIFICADA DE GUARDIAS CIVILES (AUGC), como en la evolución institucional de la Guardia Civil. Para AUGC es LEGADO DE RESISTENCIA Y ORGANIZACIÓN. La persecución sufrida por los Miembros del SUGC ha demostrado que la organización colectiva es esencial para defender derechos dentro de Cuerpos jerárquicos como la Guardia Civil. AUGC ha mantenido viva la historia de los expulsados como JOSE MORATA GARGALLO ROSA RECUERDA PIÑEIRO GONZALEZ Y LINDE FALERO Reivindicando su rehabilitación y reconociendo su papel pionero, la lucha clandestina del SUGC fue el germen del derecho de asociación profesional que hoy AUGC representa abiertamente, algo impensable en los años 90. Para la GUARDIA CIVIL La Operación Columna evidencio los riesgos de usar el aparato disciplinario para silenciar demandas legitimas, lo que ha llevado a una mayor vigilancia sobre el respeto a los derechos fundamentales. El modelo autoritario debe desaparecer. En resumen, lo que fue una operación encubierta para silenciar las voces de los que llevamos capucha termino sembrando las bases de una transformación que hoy permite a los Guardias tener voz derechos y representación. ¿Cree que la Operación Columna debe explicarse en las Academias para que los nuevos Guardias conozcan esa historia? Rotundamente SI, pero contada por quienes la sufrimos, sin manipulación por parte de la Dirección General de la Guardia Civil. ¿Que le diría hoy a los quienes dudan del valor de levantar la voz incluso cuando todo parece perdido? Les diría que la historia y no solo la de la Operación Columna, antes fue la de la seguridad social, como decía la historia esta llena de voces valientes. Que pierdan el miedo hablar que hemos callado durante mucho tiempo. ¿Qué le diría si tuvieses la ocasión de hablar con la Directora General de la Guardia Civil? Me faltaría tiempo para decírselo todo, que no nos hacen falta tantos Generales que nos hace falta plantilla en las calles, que nos hace falta equiparación real, que desde los despachos se desconoce la situación actual de la Guardia Civil, que conozca de primera mano como viven en el 2025 los Guardias Civiles, podría seguir pero seria muy largo. Conocer a Alejandro Álvarez Borja y mantener conversaciones con él es un privilegio que deja huella. Escucharle es viajar a una época en la que levantar la voz costaba la libertad y, sin embargo, había quienes lo hacían sin vacilar. En cada palabra suya hay memoria, pero también una claridad que ilumina el presente: nada de lo que tenemos hoy fue gratis. Hablar con Borja es aprender que la dignidad no se negocia, que las convicciones no se encierran tras un muro y que, aunque la Operación Columna intentó silenciarle, su voz sigue resonando en cada derecho conquistado. Y ese eco, para quienes hemos tenido la suerte de oírlo de primera mano, es un honor que nos acompañará siempre. Siempre SUGC.

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