La Dirección General de la Guardia Civil ha publicado 4.012 vacantes para guardias civiles en todo el país, de las cuales sólo 61 corresponden a la provincia de Málaga, cifra que apenas llega al 1,5% del total, a pesar de que hay 450 vacantes sin cubrir, 384 de ellas correspondientes al personal en situación de activo y 66 al de reserva, y que la práctica totalidad de unidades necesitan refuerzos. El escaso número de vacantes publicadas para Málaga contrasta con las asignadas a otras provincias andaluzas, como Huelva que recibe 143, Granada 115, Cádiz 97 y Sevilla 62. Número que también es inferior al de provincias como Huesca, Teruel, Burgos, Ciudad Real, Alicante, La Rioja, Murcia, Barcelona, Guipúzcoa, y muchas otras, a pesar de que Málaga es la provincia con la tasa más baja de guardias civiles por número de habitantes, como ya denunció AUGC. El resultado es que las unidades de la Guardia Civil en esta provincia van a seguir bajo mínimos y con graves problemas para poder ofrecer seguridad a los municipios, porque solo reciben vacantes los Puestos de Mijas, catorce, Colmenar siete, Álora cinco y Ardales dos, cuando prácticamente todos los puestos de seguridad ciudadana necesitan refuerzos. El resto de vacantes se reparten con cuentagotas entre las especialidades de Tráfico, Montaña, Fiscal y Fronteras, Policía Judicial y Automovilismo, dejando sin refuerzos a la gran mayoría de unidades de la provincia, a pesar de las numerosas plazas sin cubrir que hay en muchas de ellas. La Asociación Unificada de Guardias Civiles considera vergonzoso e indignante el menosprecio que muestran la Dirección General de la Guardia Civil y el Ministerio del Interior hacia la provincia de Málaga, que presenta la ratio más baja de agentes por número de habitantes en todo el país, y con la plantilla apenas en el 83% de cobertura. Ese grave déficit de guardias civiles obliga a tener muchos puestos cerrados casi todo el tiempo, y las escasas patrullas disponibles teniendo que atender las incidencias de varias poblaciones simultáneamente, sin poder vigilar y llevar a cabo una labor preventiva. Pero además afecta también a las condiciones laborales de los propios guardias civiles, al no poder disponer de turnos de trabajo precisamente por la falta de efectivos suficientes.


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