El 20 de noviembre AUGC participó en una Jornada organizada por la FSC-CCOO en la ciudad de Málaga, dedicada a la violencia de género. Hubo dos mesas redondas, una con personal de diferentes cuerpos policiales en representación de los diferentes sindicatos, Nacional, Local, Foral y Guardia Civil y otra con personal de la judicatura. En cada mesa se habló de la problemática existente en la lucha contra este tipo de violencia desde la perspectiva que da cada puesto de trabajo, pero sí había algo en común, la falta de personal y recursos para atender a las víctimas, en algunos casos más de cien mujeres por agente. El exceso de trabajo en alguna Unidad Policial sumado al estrés que supone tratar con casos tan delicados y que en ocasiones también se lleva a casa termina quemando a estos/as agentes. Quienes trabajan con las víctimas no pueden desdoblarse, pero la realidad es que dedican muchas horas más que las de la jornada laboral quitando tiempo a su familia para atender las llamadas de alguna víctima que necesita su ayuda, porque no solo mantienen las entrevistas de rigor, si no que en ocasiones ejercen de psicólogos sin serlo, escuchando los miedos de las mujeres que dieron el paso de denunciar y que ahora se encuentran dentro del sistema. Aquí explicamos que se habían publicado vacantes para Guardia Civil en la provincia de Málaga, insuficientes, solamente 61 de las 450 necesarias. Algo que también sucede en otros cuerpos policiales. Desde AUGC explicamos la dificultad añadida para las víctimas en el entorno rural, ese que no tiene si quiera un cuartel cerca o un juzgado especializado para la violencia de género, donde la Guardia Civil no tiene personal especializado y el juez o la jueza tiene que atender todo tipo de delitos. Donde no hay transporte público para poder moverse y donde tampoco hay servicios sociales donde informarse o pedir ayuda. Nos hace conocedoras de que no todas las víctimas tienen los mismos recursos públicos al alcance de la mano, que sumado a que en un pueblo pequeño todo el mundo se conoce o es familia y denunciar es quedar señalada para siempre, hace que sea más complicado de lo que ya es. Normalizando las víctimas esa situación de maltrato durante años o para siempre. Volvimos a repetir que en la Guardia Civil, para prestar servicio en Tráfico o Seprona, o en cualquier especialidad, primero hay que formarse y después solicitar vacante, pero en este caso no es una especialidad. En la Guardia Civil existen 210 áreas de viogen están repartidas por las diferentes unidades, donde 750 guardias civiles prestan servicio. Personal que ha recibido una formación mínima o ni la ha recibido y que es detraído de las Unidades de Seguridad Ciudadana. Salieron a la luz situaciones particulares que pondrían los pelos de punta a cualquier persona que empatice con las víctimas. Hubo diferentes opiniones entre la protección y la revictimización. Si es conveniente la presencia de una patrulla uniformada o no uniformada cuando la vigilancia es 24×7, si es labor de protección o prevención disuasoria, se habló de la falta de libertad de movimientos de la víctima cuando su riesgo es extremo y el agresor no ha sido localizado, de los fallos del sistema de localización permanente o de las alarmas provocadas por acercamiento del agresor a la víctima… Aunque hubiera diferentes opiniones en la forma de trabajar, porque cada entorno requiere de medidas diferentes, e incluso medidas personalizadas, existe la firme convicción en que es necesaria la especialización y que la primera declaración es la más importante, un relato bien detallado ayuda a que la víctima no tenga que volver en diferentes ocasiones para ampliar la denuncia, con todo lo que conlleva para ella. Necesitamos especialización y creación de puestos de trabajo específicos, la violencia de género no es un delito cualquiera.


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