«Nos tratan como basura»: La dolorosa verdad que AUGC se negó a silenciar ante la Directora General

El ambiente en el Salón de Plenos del Consejo de la Guardia Civil se cortaba con la frialdad del protocolo. Allí, bajo una escenografía diseñada para recordar quién manda y quién obedece, todos los vocales permanecían uniformados, encorsetados por las divisas de sus empleos y situados físicamente en un plano inferior respecto a la Directora General. En ese escenario, que paradójicamente pretende dar voz a los trabajadores pero que visualmente impone la jerarquía sobre el diálogo, Eugenio Nemiña, Secretario Jurídico Nacional de AUGC, rompió el guion establecido para pronunciar cuatro palabras que pesaban como lápidas: «Nos tratan como basura». No fue un exabrupto ni un insulto gratuito lanzado al aire, sino la conclusión amarga de quien lleva años chocando contra un muro de indiferencia administrativa. La reacción de la Directora General, Mercedes González, fue inmediata, mostrando una profunda indignación ante el término empleado y solicitando que nuestro jurídico se retractara y que la expresión fuera borrada del acta oficial de la sesión. Sin embargo, en un acto de dignidad y coherencia con el sufrimiento del colectivo, nuestro representante se negó a retirarla. No se puede borrar del papel lo que está tatuado en la piel de cada guardia civil. La historia detrás de este desencuentro nace de una herida profunda: la exclusión sistemática. El detonante fue la negativa de la Administración a permitir que los guardias civiles, a través de sus legítimos representantes, participen en la elaboración de la normativa de prevención de riesgos laborales o, al menos, sean notificados adecuadamente en la comisión correspondiente tal y como exigen las normas de participación y transparencia. Cuando desde AUGC solicitamos formalmente saber si podíamos acogernos a los derechos de los artículos 33, 36 y 37 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, la respuesta del Mando de Personal no fue un diálogo, fue un portazo burocrático. Recibimos un escrito que se escudaba en la Ley 29/2014 y el Real Decreto 785/2022 para decirnos, en esencia, que nuestra voz es irrelevante y que la información facilitada tenía un carácter «exclusivamente orientativo». Nos negaron la certeza jurídica con evasivas, confirmando que para ellos, nuestra seguridad es un trámite y no una prioridad. Fue esa sensación de desamparo la que cristalizó en la dura expresión vertida en el Pleno. Porque la realidad es que sentimos que nos tratan como basura cuando nos lanzan al mar en una absoluta desproporción de medios frente al narcotráfico y nos tratan como basura cuando nos niegan capacidades para conocer y participar en nuestra propia normativa de prevención de riesgos. Nos tratan como basura cuando nos niegan un reconocimiento de profesión de riesgo del que gozan el resto de policías de este país y nos tratan como basura cuando nos obligan a trabajar un mes más al año que a nuestros homólogos del Cuerpo Nacional de Policía. Nos tratan como basura cuando nos aplican el Código Penal Militar como medida disuasoria para ejercer derechos y nos tratan como basura cuando obstaculizan nuestro derecho al voto impidiendo el sufragio telemático real desde todas las unidades. Es una letanía de agravios que resuena en cada cuartel y que la Dirección General no debería querer borrar del acta, sino de la realidad. No somos los únicos que vemos esta falta de respeto institucional. Ante la duda de si nuestra percepción era exagerada, sometimos la respuesta oficial de la Administración al análisis objetivo de la tecnología. El resultado es demoledor y confirma que la vaguedad es una estrategia deliberada para no conceder derechos, una realidad que hemos querido compartir públicamente para que la sociedad entienda nuestro hartazgo. Pueden ver el análisis detallado y la prueba de este ninguneo en el siguiente enlace, donde queda patente que ni siquiera se atreven a contestar con claridad a quienes velan por la seguridad de los agentes: https://x.com/augc_juridico/status/2002316430860067020?s=20 Sin embargo, Señora Directora General, este comunicado no es una llamada a la confrontación. La indignación que usted sintió al escuchar que nos tratan como basura es la misma que sentimos nosotros al vivirlo cada día. No queremos tener razón, queremos dejar de tenerla. Por eso, desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles, le tendemos la mano una vez más. Dejemos de discutir por las actas y empecemos a discutir por las personas. Siéntese con nosotros, escuche a los representantes de los trabajadores sin el filtro de los galones y permita que participemos en la protección de nuestros compañeros tal y como marca la ley. Tiene en su mano la oportunidad de demostrar que, bajo su mandato, los guardias civiles dejarán de sentirse como números desechables para ser tratados, por fin, como los servidores públicos esenciales que somos. Hablemos, pero hablemos de verdad, porque la vida y la dignidad de los guardias civiles no pueden esperar ni un minuto más ni depender de una respuesta orientativa.

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