La borrasca «Claudia» no solo ha traído mal tiempo; ha traído la imagen de nuestra vergüenza como Estado. La aparición de narcolanchas, abandonadas o buscando refugio a plena luz del día en playas turísticas como la Victoria o Santa María del Mar, no es una anécdota, es una bofetada a la autoridad y una humillación para los ciudadanos. Desde AUGC, denunciamos la absoluta impunidad con la que las organizaciones criminales operan en la Bahía de Cádiz, utilizando puertos como el de Sancti Petri o el río Guadalete como si fueran sus refugios privados. El narco no se esconde, se exhibe. Esta situación es el resultado directo de la cobardía política. Es intolerable que el Congreso de los Diputados mantenga paralizada la reforma del Código Penal, impulsada por el Senado, que busca tipificar y castigar la logística del narco. Esta parálisis es una luz verde para los criminales y una sentencia de riesgo para los guardias civiles. Playa de Cádiz Cada narcolancha que toca la arena es un recordatorio del trágico suceso de Barbate. ¿A qué espera el Gobierno? ¿A más muertes? Exigimos el refuerzo inmediato del Principio de Autoridad y la declaración urgente de Cádiz como Zona de Especial Singularidad (ZES). Nuestros compañeros se juegan la vida en condiciones adversas, enfrentándose a un enemigo que se sabe impune gracias a la inacción política. Necesitamos medios, personal y protección legal. No pedimos privilegios, exigimos la seguridad que los guardias civiles y los gaditanos merecen.


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